¿Somos realmente felices? Un ingeniero de Google empezó a enseñar a sus compañeros y amigos cómo podían ser más felices y cómo mejorar el mundo, siguiendo tres pasos sencillos. Sus ideas han tenido tanto éxito, que ahora ha decidido difundirlas por todo el mundo.
Chade-Meng Tan, así es como se llama este ingeniero de Google, dejó de trabajar en la sección de mejora del motor de búsqueda para desarrollar la inteligencia emocional y promover el bienestar entre sus colegas, y también en todo el mundo. Le parecía tan importante que convenció a sus jefes para que le permitieran organizar un curso dentro de Google. En 2008 se trasladó al departamento de recursos humanos dentro de la compañía, después de lo cual publicó un libro superventas y organizó presentaciones de sus ideas.
Según él, se puede adiestrar fácilmente la inteligencia emocional y, especialmente, «la bondad». Para ello hay que seguir tres pasos que a primera vista pueden parecer un lugar común, pero que al ser repetidos diariamente por cada uno de nosotros, tendrán un efecto inminente.
1.- Calmar la mente
Se trata es de hacer pausas durante el día y hacer caso a nuestra respiración. El yoga puede servir para esto, tanto sus prácticas respiratorias, como en la meditación. Pero a quienes esto le parezca demasiado difícil tienen otra salida: Simplemente intentar no pensar en nada durante un rato.
2.- Fijarse en lo bueno
A menudo solemos recordar más los momentos malos o tristes del día. Precisamente tenemos que hacer lo contrario. Al final de la jornada, cada persona tiene que tener la sensación de que el día fue bueno, impidiendo que los recuerdos malos prevalezcan sobre los buenos. Para ello en cada momento alegre o placentero hay que decirse a sí mismo: «estoy viviendo un momento de alegría». De esta forma, estos momentos se recuerdan más y no pasan desapercibidos.
3.- Desear la felicidad a los demás
Así de simple: desear que todos los demás sean felices, no sólo uno mismo. A la gente le gusta hacer cosas buenas, y por eso se recibe mucha más alegría después de dar algo bueno, que después de recibirlo.
¿Parece sencillo, verdad? Según Tan estos tres pasos están científicamente probados por diferentes estudios. 🙂
Fuente: actualidad.rt.com